Dos ertzainas irán a juicio por detención ilegal y falsedad documental en el arresto a un joven en Bilbao
Un juzgado de Bilbao ha procesado a dos ertzainas por detención ilegal y falsedad documental en el arresto a un joven en el centro de la capital vizcaína. En la instrucción aparece un video grabado por los amigos del detenido, en el que se ve con claridad cómo los agentes, que iban de paisano, actúan de manera violenta contra el joven, que en ningún momento agrede a los policías.
El juez desacredita el atestado que redactaron los agentes, en el que aseguraron que mantiene una “resistencia activa” y que intenta agredirles. “No se observa en la grabación conducta agresiva del denunciante,ni tampoco que pusiera mano en los agentes tal y como se indica en el atestado y si una conducta meramente pasiva”, señala el auto dictado el pasado 14 de julio por el juzgado de instrucción numero 6 de Bilbao. Dicha resolución supone la conclusión de la instrucción judicial y abre con toda seguridad la apertura de un juicio oral, pendiente de resolverse el recurso presentado por la defensa de las ertzainas.
Tras este auto, la Fiscalía de Bizkaia tomó declaración al autor de la grabación, como testigo, quien ratificó que el joven no intentó agredir a los ertzainas y que los agentes no se identificaron como tales.
El incidente ocurrió hace más de un año, en junio de 2021, a las 2 de la madrugada en el barrio bilbaíno de Deusto. Según el atestado de los ertzainas, que estaban trabajando de paisano, llamaron la atención a un joven que había accedido a una zona de obras vallada y que intentaba entrar en una excavadora. Tras ser advertido de ese hecho, el joven dijo que era una broma y se retiró.
Entonces, añade el atestado, varios de sus amigos empezaron a increpar a los policías, que aseguran haberse identificado como tales. A uno de los jóvenes, le ordenan que se ponga la mascarilla (entonces era obligatoria por la situación de pandemia) y se identificara. Ante su negativa, detienen al joven y aseguran que mantiene una “resistencia activa” y que intenta agredirles.
En el video, que dura poco más de dos minutos, los amigos les advierten a los dos ertzainas, que mantienen inmovilizado al joven contra una persiana cerrada de un local, que están grabando lo ocurrido y que les va a facilitar el DNI. Uno de los ertzainas amenaza al afectado con la frase “Te parto la rodilla” y poco después le propina dos puñetazos en el abdomen.
“No hace falta esto”, implora uno de los amigos. “Que ha sido un error”, insisten. Sin embargo, los agentes de paisano siguen inmovilizando al joven, que solo se queja de lo que le están haciendo y pone en duda de que sean ertzainas. El afectado ha asegurado, durante la investigación judicial del caso, que en ningún momento se identificaron como policías.
Poco después, los agentes tiran al joven el suelo. El afectado ya había pedido a sus amigos que llamaran a la Ertzaintza y en ese momento aparece un agente uniformado. Los amigos le dicen al ertzaina que “le han amenazado con partirle la rodilla. Lo tengo todo grabado”.
Tras el incidente, el joven es trasladado a la comisaría de la Ertzaintza en Deusto por un delito de atentado a agentes de la autoridad. En este tipo de detenciones, lo habitual es el traslado de la comisaría al juzgado, pero el joven queda en libertad horas después.
Los ertzainas formularon una denuncia en los juzgados y se ratificaron en su atestado. La defensa del joven presentó el video y el juzgado de instrucción número 9, al ver la grabación, archivó de manera inmediata el caso al considerar falsos los testimonios de los ertzainas.
En el auto de archivo, dictado el 15 de agosto del pasado año, el juez señala que “se ha aportado a la causa un elemento probatorio irrefutable: la grabación realizada por un amigo del investigado. En la misma se ve cómo ambos agentes tienen agarrado (al joven) contra una persiana de un establecimiento, y cómo le golpean en las costillas y le ponen la porra en el cuello, siendo una situación en la que no se observa perturbación alguna del orden público”.
El juez considera que “no se observa actuación ninguna” del joven “tratando de agarrar a los agentes, ni tirándolos al suelo, ni intentando zafarse; es cierto que les insulta en algún momento (hecho meritorio si acaso de sanción administrativa, no de reproche penal, al igual que la negativa a dar su DNI) y que varias veces dice a sus amigos que llamen a la policía”. Por ello, “no acreditándose los hechos recogidos en el atestado, procede el archivo de la causa”.
El afectado presentó en junio una denuncia contra los dos ertzainas por detención ilegal, falso testimonio y denuncia falsa. El pasado 18 de junio, el juzgado de instrucción número 6 de Bilbao abrió una investigación y tomó declaración el día 30 a los dos ertzainas.
En su testimonio, los agentes aludieron que hubo una agresión de la joven previa a la grabación, pero no pudieron justificar la “resistencia activa” que describieron en el atestado, el hecho de que ellos le tiraron al suelo (en vez del joven, como refleja el atestado) y las razones por las que le tuvieron inmovilizado e incluso le agredieron cuando el afectado estaba dispuesto a facilitarles el DNI.
Ahora, el juzgado número 6 ha concluido la instrucción y ha decidido el procesamiento de los dos ertzainas por detención ilegal y falsedad documental. Asume las consideraciones del juzgado número 9 de que no hay ninguna conducta agresiva hacia los agentes y que el joven mantiene una “actitud meramente pasiva”.
El auto del juzgado es contundente al considerar que dos ertzainas cometieron los delitos de detención ilegal y falsedad documental en la detención de un joven en Bilbao. El magistrado desacredita el atestado policial que acusaba al joven de intento de agresión a los agentes. Un video grabado por sus amigos ha sido la prueba clave para determinar evidencia la falsedad del atestado policial, algo que nunca debería ocurrir en unos funcionarios públicos. Ahora, hay dos ertzainas procesados que deberán sentarse, con toda probabilidad, en el banquillo de los acusados en un juicio oral. Que todo esto sirva para erradicar estás prácticas que, por desgracia, aún persisten.
Sin comentarios