El polémico Mundaka Festival cobra la luz y el agua a sus proveedores pese a que le sale gratis

El controvertido Mundaka Festival, que desde hace cuatro años se celebra a finales de julio en la reserva de la biosfera de Urdaibai, sigue protagonizando más irregularidades. Pese a que el Ayuntamiento de Mundaka le suministra gratis el agua y la luz, los organizadores, la asociación privada Emankor Sarea, cobran esos servicios a los hosteleros que trabajan en el interior del recinto.

Varios proveedores que han estado en las últimas ediciones del festival han confirmado el pago por la luz y el agua, con cantidades que oscilan entre los 230 euros por el suministro eléctrico de solo tres días o de más de 1.000 euros por la luz y el agua.

Montaje de las instalaciones del festival.

Como informó este blog en agosto, el Gobierno vasco, a  través de la Agencia Vasca del Agua Ura, tiene abierta una investigación (ha iniciado un expediente) por el uso de espacio público. En concreto, por no habilitar una franja de al menos tres menos de ancho junto a los acantilados de la península de Santa Catalina, donde desde 2015 se celebra el festival. Este evento musical nació en 2015 incumpliendo la ley de Urdaibai, al rehusar  los organizadores a pedir el permiso tras un informe técnico del Patronato de Urdaibai, el órgano que gestiona la reserva de la biosfera, que cuestionaba el evento.

En 2016, otro informe técnico del Patronato concluyó que el festival “no se adapta” a la ley de Urdaibai, al incumplir el artículo 89, debido a que las instalaciones “no presentan un carácter de titularidad pública”.

Tras el revuelo originado por el informe, se ideó un convenio entre el Ayuntamiento de Mundaka y los organizadores, mediante el que el consistorio subrogaba las instalaciones y así se salvaba su naturaleza privada.  Este convenio, firmado en 2016 y que se ha vuelto a aprobar en 2017 y 2018, es especialmente beneficioso para los promotoresel Ayuntamiento de Mundaka suministra la electricidad, agua, recogida residuos e incluso seguridad policial a los organizadores sin cobrar ninguna tasa por ello.

Sobre la luz y el agua, señala expresamente [ver la página 4 del convenio] que durante el montaje y desmontaje, así como los tres días del festival, los organizadores pueden conectarse “a la red de abastecimiento de agua municipal” y a la “red eléctrica municipal”, “asumiendo el Ayuntamiento el coste” de dichos suministros.

Uno de los hosteleros que ha participado en el Mundaka Festival recibió una factura de 233 euros de luz por tres días “para dos bombillas y dos frigoríficos”, según afirma. Otro participante en el festival ha recibido otra factura de 2.400 en concepto de la carpa donde se ubicó su puesto y suministros, en referencia a la luz y el agua, que podrían rondar los 1.000 euros (el pasado año la carpa del servicio de hostelería se facturó a algo más de 1.300 euros). Este hostelero ha manifestado su estupor ya que “el agua la cogíamos de la manguera de una huerta de al lado”.

Al menos tres hosteleros consultados que han participado en el Mundaka Festival aseguran que no volverán por las “artimañas” de Emankor Sarea en las cuentas. “Me han robado a la cara. He tenido pérdidas”, asegura uno de ellos.

Al gratis total del Mundaka Festival con el agua y la luz, se agrega la cesión del polideportivo municipal ubicado junto al área del Festival, cerrado tres días para los vecinos de Mundaka.

Además, tras cuatro años de oscurantismo total sobre su financiación, este verano se han conocido por primera vez los datos de ingresos y gastos de un festival que ha recibido hasta ahora casi 350.000 euros de ayuda pública. La conclusión más significativa es que apenas vende 2.000 entradas durante los tres días del festival, un tercio o incluso una cuarta parte de los asistentes según las cifras aportadas por la organización, la asociación privada Emankor Sarea. Y es que esta entidad ha facilitado datos diferentes a las administraciones públicas que apoyan el festival: a la Diputación vizcaína le dijo a finales del año pasado, tras la tercera edición, que los asistentes rondaron las 5.200 personas ((página 59 del dossier entregado) y, en las mismas fechas, comunicó al Gobierno vasco que el público presente fue de más de 7.680 personas.

Primero incumplió la ley de Urdaibai, luego ha ocultado los datos e ingresos pese a haber recibido más de 350.000 euros de dinero público, deja sin servicios a los vecinos de Mundaka, regala la mayor parte de las entradas para camuflar la escasa asistencia de público y ahora se sabe que, pese a tener el gratis total en agua y luz, cobra por estos servicios a sus proveedores que trabajan durante el festival. ¿Dirán algo ahora el Ayuntamiento de Mundaka o las instituciones que financian el evento?

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