Suspendida la “automoción” de censura del PNV contra su alcalde en Mundaka por la ley antitransfugas
El secretario municipal de Mundaka ha suspendido la “automoción” de censura del PNV en esta localidad vizcaína contra su alcalde (un hecho inédito en un ayuntamiento vasco). El motivo es la salvaguarda contra el transfuguismo que establece la ley electoral. En un informe entregado a todos los corporativos, no considera al alcalde un tránsfuga como ha defendido el PNV. El pleno que se había convocado para el próximo 30 de septiembre se ha suspendido.
El alcalde, Mikel Bilbao, hizo este lunes su primera aparición pública en un pleno extraordinario que tenía dos puntos en el orden del día: la entrada de un nuevo edil de EH Bildu en el ayuntamiento y la expulsión del alcalde del grupo municipal del PNV. En la sesión el primer edil, que encabezó la lista peneuvista como independiente, habló por primera vez de este tema y achacó lo ocurrido a su actitud de “priorizar el cumplimiento de la ley” y no plegarse “a los intereses partidistas del PNV y de las personas que manejan los hilos en el Batzoki (la sede social peneuvista) de Mundaka”. Como ha señalado este blog, el alcalde, según diferentes fuentes consultadas, se ha resistido a “tragar sapos” del pasado y el presente y esas han sido las principales razones del distanciamiento con su grupo municipal.
Mikel Bilbao ha acusado al PNV de promover, con la moción de censura, “una estrategia de fraude de ley” para “tratar de sortear” las leyes sobre la moción de censura contra un alcalde que “lo protegen frente al transfuguismo”. “Afortunadamente las garantías legales en democracia han funcionado en este caso y la moción de censura no ha tenido recorrido”.
El alcalde ha augurado más novedades en el caso. “Tiempo habrá para que todos los hechos acaecidos en la legislatura sean de conocimiento de los ciudadanos”.
La crisis municipal en Mundaka (gobernado por mayoría absoluta con 6 concejales, frente a los 3 ediles de EH Bilbu) se hizo pública el 7 de septiembre, por parte del propio PNV de la localidad vizcaína. Argumentó “falta de coordinación” con el alcalde. Los desencuentros venían desde prácticamente el inicio de la legislatura, hace poco más de un año. Los peneuvistas sostienen que no ha consensuado sus decisiones con el grupo municipal. Otras fuentes de la localidad ya habían asegurado que el alcalde “no se ha plegado” a avalar proyectos o aprobar contrataciones.
En este caso, al tratarse de un independiente, el PNV no ha podido adoptar ninguna medida disciplinaria y se ha encontrado con un apartado de la ley electoral (LOREG), cuyo artículo 197.1 regula la presentación de una moción de censura contra un alcalde. Para frenar el transfuguismo de los cargos públicos, existe un párrafo que señala textualmente que “en el caso de que alguno de los proponentes de la moción de censura formara o haya formado parte del grupo político municipal al que pertenece el Alcalde cuya censura se propone, la mayoría exigida en el párrafo anterior se verá incrementada en el mismo número de concejales que se encuentren en tales circunstancias”.
En Mundaka, los concejales que han promovido la moción son 5 y, con esa exigencia, necesitarían el apoyo de 10 ediles en una corporación conformada por 9 corporativos. Una imposible aritmética.
Para intentar salvar esta situación, la Asamblea Municipal del PNV acordó el pasado 1 de agosto declarar “tránsfuga o expulsado” del grupo municipal al alcalde, una decisión que se le comunicó al afectado el 17 de agosto.
La moción de censura se ha materializado el pasado 16 de septiembre, en un escrito enviado al secretario municipal. Gran parte del documento (dos folios de cuatro de los fundamentos jurídicos) se dedica a justificar que no se debe aplicar la salvaguarda del transfuguismo al afirmar que “el que actúa como tránsfuga es el alcalde, que se ha separado del grupo municipal que le sostenía”.
El secretario municipal ha pedido asesoramiento a la Junta Electoral, que le ha enviado documentación de un caso similar en 2017 en el ayuntamiento canario de La Oliva (Fuerteventura). Con esos datos, el secretario ha comunicado a todos los concejales de Mundaka que no ve ningún motivo para debatir la petición de la moción de censura promovida por los ediles peneuvistas, que queda así suspendida. Avala así que el alcalde no es tránsfuga y ha desconvocado el pleno que él mismo había tramitado.
La situación en el consistorio queda en el aire. El alcalde no tiene el apoyo de los cinco concejales del PNV pero ahora tampoco de los otros tres del único partido de la oposición, EH Bildu, que en el pleno de este lunes mantuvieron una posición neutral en esta crisis.
La gestión municipal de las últimas legislaturas en Mundaka (gobernada desde la democracia siempre con mayoría absoluta por el PNV) ha estado rodeada de polémica. El anterior alcalde, Aitor Egurrola (PNV), permitió durante cuatro años, de 2015 a 2018, la celebración del controvertido Mundaka Festival en un área pública, incumpliendo la ley de la reserva de Urdaibai, eximiendo a los organizadores (la entidad privada Emankor Sarea) del pago de tasas, suministrándoles la electricidad, agua, recogida residuos e incluso seguridad policial y cerrando el polideportivo municipal durante tres días a los vecinos para uso del festival. Solo el último año, en 2018, les giró, tras el requerimiento del secretario municipal, tres facturas de casi 20.000 euros. El Gobierno vasco impuso una multa de 3.000 euros a los organizadores por la invasión de espacio público. Después de estos problemas, en 2019 el festival se trasladó a la contigua localidad de Bermeo.
La anterior corporación también avaló el controvertido derribo (dejando solo una fachada) de un edificio histórico, el Palacio Larrinaga, para construir un parking subterráneo de 110 plazas y ocho viviendas. Igualmente incumplió tres leyes de transparencia al ocultar la información urbanística de unas polémicas obras en el chalé de la familia Atutxa a pie de playa.
La apuesta del PNV por un independiente en Mundaka ha sido muy diferente a la anterior experiencia. El actual diputado general de Bizkaia, Unai Rementeria, accedió en 1999 como concejal por el PNV sin estar afiliado y fue alcalde de 2007 a 2013. Uno de los actuales ediles peneuvistas, firmante de la moción de censura, es su hermano Josu Rementeria.
El futuro político en este pequeño municipio (no llega a los 1.900 habitantes censados) es ahora una incógnita. Al PNV le ha salido mal la intención de cambiar al alcalde a través de una moción de censura: el secretario municipal lo ha impedido con la ley que frena el transfuguismo. El alcalde ha lanzado duras acusaciones contra sus hasta ahora compañeros de grupo municipal porque ha actuado «por priorizar el cumplimiento de la ley» y no «plegarse a los intereses partidistas del PNV». Y el Consistorio queda en una situación complicada, con un alcalde sin más apoyos en una corporación de nueve ediles.
Zain Dezagun Urdaibai Elkartea
29 septiembre, 2020at12:18 pmEn el pleno del ayuntamiento de Mundaka de hoy, el PNV ha dado cuenta de la expulsión del alcalde del grupo municipal.
El alcalde ha contestado lo siguiente:
“No voy a entrar punto por punto en desmontar el conjunto de difamaciones, falsedades, medias verdades y sobre todo manipulaciones interesadas de todo lo acontecido en este tiempo que llevo de alcalde en el municipio”.
“Todo lo que se ha expresado aquí no es más, que un burdo intento de ocultar las verdaderas razones que ha tenido la junta municipal del PNV de Mundaka que no son más que el castigar mi actitud de no rendirme ante presiones externas para doblegar mi voluntad y compromiso como alcalde, por priorizar el cumplimiento de la ley y el trabajo al servicio del pueblo de Mundaka, y no a los intereses partidistas del PNV y de las personas que manejan los hilos en el Batzoki de Mundaka”.
“El movimiento de expulsión del grupo municipal es parte de la estrategia de fraude de ley que ha intentado utilizar el PNV para sortear la necesidad de cumplir las leyes que rigen las mociones de censura a un alcalde y que lo protegen en su artículo 197.1 de la LOREG frente al transfugismo”.
“Afortunadamente las garantías legales en democracia han funcionado en este caso y la moción de censura no ha tenido recorrido”.
“Incluso, durante el proceso que acabó con mi expulsión, presenté en forma y plazo, suficientes argumentos en mi defensa, que en cualquier otro proceso democrático hubiera supuesto al menos un debate en el Batzoki entre los afiliados del PNV, provocando al menos la aparición de voces críticas a la decisión de la expulsión. Esto refuerza la idea de que para un proceso limpio y democrático el acusador no puede ser juez y parte, como así ha sucedido”.
“No quiero alargar más esta sesión. Tiempo habrá para que todos los hechos acaecidos en la legislatura sean de conocimiento de los ciudadanos”.
“No obstante y reafirmándome en lo anteriormente dicho, os solicito una copia de todo el expediente de mi expulsión del grupo político municipal del PNV para examinar los elementos extrínsecos presentes en el proceso de mi expulsión”.