La empresa contaminante de Zalla cuadruplica los niveles de emisiones y el Gobierno paraliza la fábrica

Glefaran, la empresa, que  prometió hace tres años 60 empleos directos y otros 300 indirectos pero ha traído la polución a la comarca vizcaína de las Encartaciones, incumple las emisiones a la atmósfera, las mismas que llevan denunciando desde hace un año los vecinos de Güeñes y Zalla. Así lo ha constatado el Departamento de Medio Ambiente del Gobierno vasco, que ha ordenado a la empresa la paralización de la fábrica (que ya está sin actividad desde el 4 de febrero) mientras no corrija la contaminación. De hecho, cuadruplican los límites legales, según han confirmado fuentes oficiales.

«En el control de emisiones a la atmósfera realizado en el foco asociado a la caldera de biomasa se han obtenido resultados que presentan superaciones significativas de los valores límite de emisión de partículas sólidas contemplados en su autorización ambiental integrada», ha señalado el Departamento vasco de Medio Ambiente en un comunicado,

Desde hace un año los vecinos se quejan de ruidos, olores y contaminación por humos procedentes de la factoría. El hartazgo ha movilizado  a los vecinos que, a través de las plataformas Güeñes Bizia (creada por esta problemática) y Aranguren Aurrera, han recogido 1.450 firmas y el pasado 25 de enero cerca de 2.000 personas se manifestaron. La empresa anunció hace tres años una inversión de hasta 12 millones de euros para la producción  de astilla y pellets de madera, un producto cada vez más utilizado como combustible en chimeneas del hogar, la fabricación de pasta  y la generación de energía renovable a partir de la biomasa.  Pero la única única actividad actual es la cogeneración a través de la quema de residuos, que se ha iniciado hace menos de un año y desde entonces han surgido los problemas de contaminación. Nada de producción de pellets, fabricación de pasta o generación de energía renovable. En cambio, los vecinos se han quedado con sucesivos episodios de náuseas e irritaciones respiratorias y a menudo cenizas y polvos en sus vehículos y viviendas.

Frente a la pasividad del anterior equipo de Medio Ambiente, que apenas hizo caso a las  las quejas vecinales y de los ayuntamientos de Zalla (especialmente éste con cerca de 30 escritos de quejas y peticiones de reuniones en el último año) y Güeñes. los nuevos responsables parecen decididos a solucionar el problema. Se reunieron con la empresa el 18 de enero y le instaron a establecer medidas correctoras sobre las emisiones. El día 30 mantuvieron otro encuentro con los ayuntamientos afectados y volvieron a contactar con Glefaran: Pero se encontraron sin respuestas concretas y le dieron un ultimátum que expiraba este viernes 10 de febrero: debían instalar un sensor en su chimenea y un plan concreto para reducir la contaminación. En caso contrario, Medio Ambiente anunció que iniciaría un proceso para suspender la actividad de la empresa. El 3 de febrero se reunió con las plataformas vecinales y la viceconsejera de Medio Ambiente, Elena Moreno, se comprometió a seguir hasta el final con las exigencias a la empresa.

[pullquote]Glefaran ni ha comunicado que superaba los niveles legales ni ha adoptado medidas, como exige la ley[/pullquote]

Los controles de las emisiones de Glefaran realizados por el Gobierno vasco han constatado que superan los límites legales de la Autorización Ambiental Integrada, un permiso obligatorio impuesto por la Comisión Europea para las empresas más contaminantes y que debe ser aprobado por las administraciones. Glefaran recibió esa autorización el pasado año.

Pero es que además dicha autorización obliga a que la empresa comunique de manera «inmediata» al Departamento de Medio Ambiente la superación de esos niveles, lo que no se ha tramitado por parte de Glefaran. Y a continuación adoptar las medidas correctoras «necesarias sin demora». Que tampoco han realizado.

La empresa, del grupo vizcaíno Orue (una familia vizcaína dedicada históricamente al sector de la madera), queda en evidencia. En estos meses, y especialmente en las últimas semanas con el mayor eco público de este caso, había reiterado que cumplen la normativa y anunciado su deseo de «colaborar con la autoridades». Cuando este blog reveló que Glefaran ha eludido desde hace más de medio año la instalación de un electrofiltro (uno de los principales aparatos anticontaminación en una empresa), un portavoz no identificado contestó al artículo señalando que era «mentira», al igual que el hecho de que el Departamento de Medio Ambiente exigiera medidas correctoras y le diera un ultimátum. Los hechos, aunque tozudos, se suelen imponer a los intentos de manipulación.

El Departamento de Medio Ambiente, en el nuevo ultimátum de este 10 de febrero, le ordena mantener la fábrica parada hasta que corrija las emisiones contaminantes y le comunique la adopción de las medidas  «con carácter previo a la puesta en marcha de la instalación»

La empresa parece haber perdido además el respaldo del PNV, que apoyó su implantación en lo que fue la antigua papelera Pastguren, El grupo Orue fue finalmente el adjudicatario, en 2013, de los activos de Pastguren por los administradores concursales, entonces dirigidos por el anterior consejero de Empleo del Gobierno vasco, Ángel Toña. Fue una operación singular porque tres meses antes ya estaba decidida la venta a otro empresario guipuzcoano pero el presidente del PNV, Andoni Ortuzar, pidió a los administradores que se esperaran ese trimestre. Hasta que llegó la oferta del grupo Orue.

Aunque habrá que esperar a la evolución del caso, parece que los intereses empresariales y privados se han dejado de lado esa vez en aras del interés general. Pero no hay que olvidar el año de emisiones, que ahora se confirman contaminantes, padecido por los vecinos. La primera medición de las emisiones en la chimenea (incomprensible que hasta ahora la administración no hiciera este control) cuadruplica los límites legales y eso que el control se ha realizado conociéndolo la empresa. Los vecinos de Zallas y Güeñes, que han asistido en la última década al cierre de empresas y el alza del desempleo, se merecen actividades empresariales respetuosas con el medio ambiente Y hasta ahora la viceconsejera de Medio Ambiente, Elena Moreno, a quien le definen como firme ante situaciones irregulares, ha demostrado que velara por el cumplimiento de la ley. Una actitud que algunos otros gobernantes deberían tomar nota.