Los fantasmagóricos planes de revitalización económica de las comarcas vascas

El de Urdaibai ha sido el último plan de revitalización anunciado para una comarca de Euskadi por las instituciones vascas. Pero la realidad demuestra que se trata de proyectos más propagandísticos que impulsores de riqueza, con medidas pendientes (y prometidas) desde hace décadas y con escasa atracción industrial.

El ejemplo reciente es el plan estratégico comarcal de las Encartaciones, la comarca más occidental de Bizkaia y una de las que más paro registra en Euskadi. Desde 2019 se ha impulsado un proyecto que contempla 58 actuaciones con un presupuesto de 65,7 millones de euros.

Casi la mitad de la inversión se destina a solucionar los problemas graves de movilidad en la comarca, cuyos vecinos llegan a tardar más de una hora para desplazarse en tren a la capital, Bilbao, y la mejora de los accesos por carretera llevan un gran retraso: solo se ha ejecutado el 29% de lo previsto. “Una de las claves para la revitalización de la comarca es solucionar la movilidad, fundamental para atraer inversiones: el tren funciona como hace 40 años y tanto el ferrocarril como la carrera son proyectos que ya se plantearon en el plan estratégico elaborado en 1991”, comentan alcaldes y cargos municipales de la comarca.

De los seis proyectos tractores del plan, solo dos están enfocados directamente a la atracción industrial. Uno de ellos se limita a la construcción de un vivero de empresas, los denominados elkartegis que promueve la Diputación de Bizkaia y que en otras zonas vizcaínas están semivacíos y la ocupación se limita a oficinas. El otro proyecto tractor directo para la industria es el impulso a la bioeconomía, con un presupuesto que no llega a los 200.000 euros.

“Se plantea un elkartegi en Zalla cuando ya han pabellones industriales en desuso. El problema es que no hay empresas tractoras y las que vienen son de pocos trabajadores”. El informe diagnóstico de las Encartaciones concluye que no hay ninguna empresa con más de 250 trabajadores y solo una veintena cuentan con más de 25 personas empleadas. La tasa de paro llegó en 2019, cuando se realizó el informe diagnóstico, hasta el 20% en las zonas más rurales de la comarca.

El último plan de revitalización anunciado para Urdaibai (justo cuando el Gobierno vasco y la Diputación anunciaron el frenazo al impulso del Museo Guggenheim) puede ser un anticipo de lo ocurrido en las Encartaciones. En la comarca donde se quiere construir el Guggenheim, el PIB está un 18% por debajo de la media de Euskadi, el peso de la industria se sitúa cinco puntos inferiores y en 2021 llegó a ser segunda comarca de Euskadi con más paro.

Como ya informó este blog, la revitalización de Urdanibia lleva 25 años esperando. El conocido como PADAS (el plan de fomento y desarrollo económico), que es junto a al Plan Rector la otra pata fundamental de las reservas de la biosfera, fue aprobado en 1998. Tardó siete años en elaborarse, un preludio de su escaso éxito. Desde entonces, hay inumerable papel y un sinfín de proyectos a desarrollar, pero prácticamente nulos resultados prácticos. De hecho, el 65% de los vecinos de Urdaibai trabaja fuera la comarca.

El proyecto de elkartegi para las Encartaciones ya ha resultado un fiasco en Urdaibai. En 2019 se inauguró un vivero de empresas en Gernika (el municipio cabecera de la comarca, junto a Bermeo) tras una inversión de 9 millones de la Diputación vizcaína. Hoy día sus 19 pabellones están prácticamente vacíos: no hay ninguna empresa productiva y solo acoge 9 oficinas de micropymes fundamentalmente.

Los grandes anuncios de planes de revitalización en Euskadi se quedan casi siempre en eso. Y suelen ser enumeraciones de proyectos en marcha y, en el peor de los casos, de planes prometidos décadas atrás y que siguen en el cajón. Lo ocurrido en los últimos años en la comarca vizcaína de las Encartaciones en un buen ejemplo de todo ello. Y no augura nada bueno para el anunciado plan de revitalización para Urdaibai.