Imagen del Ayuntamiento de Iurreta, donde se ha denunciado acoso laboral..

Iurreta nombra a una administrativa como secretaria municipal tras cesar a la profesional que denunció al alcalde

La Diputación de Bizkaia ha nombrado a una administrativa como secretaria municipal accidental de Iurreta tras haber cesado hace un año a una profesional que denunció al alcalde de esta localidad. La nueva titular del puesto es diplomada en Magisterio (una categoría nada habitual para una secretaria accidental, que suelen ser técnicos y no administrativos y además con una licenciatura en Derecho o Empresariales que le permite tener conocimientos jurídicos) y es de la confianza del alcalde Iñaki Totorikaguena (PNV). De hecho, ya ocupó este puesto durante entre 2018 y 2020.

La secretaria cesada a finales de 2020, Irma Domingorena, con 18 años de experiencia en la administración pública como letrada y secretaria municipal, desveló numerosas irregularidades en el consistorio. Entre ellas, la autorización al arquitecto municipal para la adjudicación ‘a dedo’ de un contrato a su hija por un valor cercano a los 3.000 euros, sin que acometiera ningún trabajo para el Ayuntamiento de Iurreta. La entonces secretaria detectó además hasta alrededor de 60 contratos menores (los que se adjudican sin concurso y a dedo por ser cantidades inferiores a 15.000 euros) sin que se hubieran cumplido las exigencias legales de control.

El Tribunal Superior de Justicia vasco investiga desde hace un año al Ayuntamiento de Iurreta por ocultar las razones reales de la destitución de la secretaria municipal y la supuesta desviación de poder del alcalde. Y es que el alcalde argumentó, cuando decidió prescindir de Irma Domingorena, que el Ayuntamiento de Iurreta «se encuentra inmerso en una serie de proyectos estratégicos especialmente complejos en el ámbito urbanístico, organizativo y de Administración electrónica que requieren para su consecución de la prestación de servicios por parte de personal especialmente cualificado; con experiencia y un adecuado conocimiento tanto de la organización como de la idiosincrasia municipal».

En la anterior etapa de la actual secretaria, el ayuntamiento recurría, cuando necesitaba asesoramiento jurídico, a un abogado externo, una figura que tiene desde hace 20 años y que ya valió la reprimenda del Tribunal Vasco de Cuentas cuando fiscalizó en 2012 la actividad del ayuntamiento.

En el último año, el puesto ha estado ocupada por la secretaria de la localidad cercana de Amorebieta. La Diputación recurrió entonces a la sustitución por el mecanismo de acumulación. Se ha tratado de Aizbea Atela, quien fue juntera (miembro del Parlamento de Bizkaia) en representación del PNV durante 8 años, de 2003 a 2011. Ha permanecido en el cargo unicamente 13 meses, hasta que pidió ser sustituida. El Boletín Oficial de Bizkaia del pasado 8 de marzo publicó la vacante del puesto. Al día siguente, hizo efectivo el nombramiento de la administrativa.

La ley obliga a publicitar el puesto para que pueda acceder un funcionario de habilitación nacional, el perfil que se requiere para ser secretario municipal en cualquier ayuntamiento de España. Pero la realidad es la contraria: en Euskadi se exige el perfil máximo de euskera, lo que descarta a cualquier funcionario de otras zonas españolas.

Por ello, en muchas ocasiones las diputaciones (las encargadas de convocar las plazas en Euskadi) permiten los llamados secretarios accidentales, que son otros funcionarios del ayuntamiento. Es una figura en teoría para poco tiempo (vacaciones, bajas, etc) pero que se suele convertir en estructural en bastantes ocasiones.

Como ya publicó este blog, la designación de secretarios municipales en Euskadi es arbitraria y escasamente imparcial. La gran mayoría no son plazas fijas y los ayuntamientos optan por concursos que requieren un plazo de seis meses, en vez de acudir al propio Gobierno vasco, que resuelve la contratación en una semana.

Así, están vacantes más de la mitad de las plazas. En los 251 ayuntamientos vascos, según datos del pasado año, un total de 136 puestos de secretarios e interventores estaban sin cubrir de manera fija, un porcentaje que en Gipuzkoa llega al 73%.

El puesto de secretario es clave en un ayuntamiento y un perfil «crítico» es molesto para determinados alcaldes que no quieren «obstáculos» legales en cuestiones como el urbanismo.

En Iurreta, fuentes municipales han señalado que el alcalde ha llegado a admitir en privado que el nombramiento de la hasta hace poco secretaria fue «un apaño» para que la administrativa volviera al cargo. De hecho, la recién nombrada secretaria municipal promovió en 2020, cuando salió la denuncia contra el alcalde, una campaña de recogida de firmas entre los trabajadores de un documento de apoyo al primer edil. Pero solo logró su firma y la de otro empleado que también es de la máxima confianza de Iñaki Totorikaguena.

Lo ocurrido en Iurreta ilustra la opacidad en la gestión de muchos ayuntamientos vascos. Prefieren no disponer de un secretario o secretaria profesional y optan por funcionarios sin esa capacitación pero permeables a sus decisiones. Que el alcalde de Iurreta justificara el cese de una secretaria que desveló irregularidades en que no tenía capacitación profesional y ahora nombre a una administrativa lo dice todo. No es la mejor manera de garantizar el cumplimiento de la ley en los ayuntamientos.

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