Un flagrante error de la juez anula la declaración de los cinco imputados en el casoplón de 11 baños
Un flagrante error del juzgado y de la Fiscalía ha anulado, por ahora, la toma de declaración de los cinco imputados en el casoplón de Aia, (Gipuzkoa) de 11 habitaciones y 11 baños construido por la familia de una ex concejal del PNV de Zarautz que incumple la ley de Suelo. La Audiencia de Gipuzkoa ha ordenado al juzgado número 2 de Azpeitia que adopte una decisión sobre las irregularidades en las obras de urbanización del palacete (se acometieron sin licencia municipal) sin llamar a declarar a los imputados: el ex alcalde de la localidad de Aia, el arquitecto y el aparejador municipales y dos miembros de la familia Garrastazu, los promotores del casoplón. El motivo es que ha finalizado el plazo de la investigación judicial, que expiró hace más de un año, sin que tanto la jueza como la Fiscalía pidieran la ampliación de las indagaciones.
El juzgado número 2 de Azpeitia deberá así decidir si archiva o no el caso sin haber practicado ninguna diligencia: la única adoptada desde que abrió las indagaciones hace ya más de dos años y medio era la toma de declaración de los imputados, fijada para el pasado marzo y ahora anulada por dictarse fuera de plazo.
Como ha informado este blog, el caso es investigado desde hace cuatro años en la vía penal (un tercer tribunal tiene abierta otra investigación en la vía contencioso-administrativa) por dos juzgados de Azpeitia. El juzgado número 1 abrió diligencias en 2015 por dos delitos de prevaricación y contra la ordenación del territorio tras una denuncia de la Federación Guipuzcoana de los Deportes Aéreos, que desde hace más de 25 años utiliza el paraje donde se asienta el palacete para la práctica del parapente.
La demanda se basaba en que la familia de la ex concejal de Urbanismo y Obras en Zarautz, Maite Garrastazu (estuvo en el cargo la anterior legislatura), aprovechó un caserío en ruinas para ejecutar una nueva edificación en una ubicación diferente; la superficie se duplicó (567metros cuadrados frente a los 309 del antiguo caserío, y la a planta del palacete es 2,5 veces mayor: 469 metros cuadrados frente a 183) y se asienta en un área rural de especial protección y en un corredor ecológico, donde habita una pareja de halcones peregrino. El proyecto tenía un informe contrario del Ararteko que concluyó que, al tratarse de un suelo no urbanizable de especial protección, “solo cabe autorizar las obras de reconstrucción de caseríos existentes” en casos excepcionales y la ley de suelo “no permite el cambio de ubicación”.
Apenas un año después, en mayo de 2016, el juzgado de instrucción número 1 de Azpeitia decretó el archivo provisional del caso: no veía ni prevaricación ni delito contra la ordenación. Consideraba legal la licencia aunque, en su auto, pasaba por encima los dos elementos claves del caso: el cambio de ubicación del casoplón y que se trate de una nueva ubicación. El auto fue recurrido por los denunciantes ante la Audiencia de Gipuzkoa, que en una sentencia dictada el 4 de julio de 2018 por la Sección Tercera, se ratificó el archivo provisional al considerar que “no es una intervención constructiva de nueva planta” sino una “una intervención constructiva de sustitución”. El fallo no tuvo en cuenta los informes contrarios del Ararteko y la Diputación de Gipuzkoa a la construcción del casoplón en otro emplazamiento y cuestionó que la ley vasca de Urbanismo “permita únicamente el cambio de ubicación en el supuesto de reconstrucción por expropiación”.
Pero el casoplón estaba investigado igualmente desde marzo de 2017 por el juzgado de instrucción número 2 de Azpeitia por irregularidades en las obras de urbanización: se acometieron sin licencia municipal como reconoció el propio ayuntamiento de Aia. El consistorio abrió un expediente sancionador en el verano de 2016 y lo resolvió en febrero de 2017 de manera rocambolesca: sin practicar ninguna prueba convirtió el expediente sancionador en una orden de ejecución, en la que, incumpliendo la ley vasca de Suelo, calificó el tipo de sanción y cambió al instructor del expediente.
Pese a que este juzgado quiso inhibirse del caso aduciendo que “se trataban de los mismos hechos” que la instrucción de la edificación del casoplón, recibió un fuerte tirón de orejas de la Fiscalía de Gipuzkoa, que rechazó esta argumentación en un escrito firmado el 4 de septiembre.
La titular del juzgado de instrucción número 2 de Azpeitia, María de Blas, decidió por vez primera intervenir activamente y, en un auto dictado el 4 de diciembre pasado, citó como imputados por indicios de delito en las obras de urbanización al ex alcalde de Aia y ahora concejal en el municipio Igor Iturain (PNV), el arquitecto Gaizka Perosterena, el aparejador Mikel Iradi y dos miembros de la familia promotora del casoplón, Elisabeth Garrastazu y María Garrastazu. La toma de declaraciones de los cinco se había fijado para el 11 de marzo.
Los afectados recurrieron exponiendo diversas objeciones, entre ellas que el plazo de la instrucción había finalizado dos meses antes, en septiembre de 2018. Los recursos pasaron a ser examinados por la Audiencia de Gipuzkoa (y el juzgado suspendió las declaraciones cuatro días antes de la fecha fijada), que el pasado 24 de septiembre dictó un auto en el que anula la toma de los testimonios.
La Audiencia guipuzcoana señala que la jueza María de Blas podía haber solicitado la ampliación de la instrucción judicial en septiembre del pasado año, cuando concluía el plazo fijado. Pero no adoptó esta decisión hasta febrero pasado, con lo que se incumple el plazo legal previsto.
Ante ello señala que la instrucción judicial terminó en septiembre de 2018 y, como la toma de declaraciones se acordó dos meses después (en el auto de diciembre de 2018), no se pueden realizar los testimonios de los cinco imputados.
Como el juzgado 2 de Azpeitia ha cambiado de titular, a la nueva juez Arantzatzu Brizuela le corresponde decidir sobre un caso en el que no ha intervenido y sin haberse practicado diligencia alguna.
La actuación de la Justicia en este caso provoca un sonrojo absoluto. Un caso con importantes indicios de irregularidades (la construcción de un palacete de 11 habitaciones y 11 baños en una ubicación diferente al caserío existente y duplicando la superficie en una zona de especial protección) en investigación desde hace dos años y medio sin practicar ninguna diligencia; una jueza que “no se da cuenta” que ha finalizado el plazo de instrucción y no acuerda la ampliación, como le permite la ley, y una Fiscalía que tampoco parece enterarse de ello. Y ahora otra jueza debe resolver sin ninguna diligencia sobre la mesa, especialmente el testimonio de los cinco imputados. Un episodio del camarote de los hermanos Marx, pero sin ninguna gracia.
Noizbehin bete legeak
6 octubre, 2019at10:26 pmQue verguenza, es curioso que siempre se dan los mismos ingredientes: miembros del partido dominador y daños graves al medio ambiente.
Luis
7 octubre, 2019at10:43 amHoombreee, qué esperábamos, es lo suyo, lo que procede cuando está el Partido Guía por el medio. Recuerdo el caso de Juan Ramón Ibarra Oyarzabal, más de cuatro años de cárcel y dos meses estuvo, luego de vuelta a Hacienda, como si nada. Esta es la justicia que tenemos.
Mik Erk
7 octubre, 2019at11:54 amUna mas, qué vergüenza. Siempre los mismos ingredientes: Entorno jeltzale, o sea el Poder, «justicia» de país bananero que pierden papeles, olvidan fechas, se les pasa todo…infracciones contra el medio ambiente y aurrera mutillak, todo vale para esa gentuza.